J4 – Zorromonos FC vs Catedral FC

Un partido muy ordenado en materia defensiva sirvió para que los verdes amarrasen la victoria haciendo bueno un inicio fulgurante. Zorromonos se atascó en combinaciones por bajo demasiado previsibles y sucumbió después de haber marrado un penalti que hubiera podido cambiar el guion en los compases finales. 

Catedral sustentó su primer triunfo de la temporada en un trabajo defensivo casi impoluto que secó por completo a Zorromonos en los campos de Santa Ana. Este rigor en campo propio vino acompañado de un trabajo más que destacable de David Fleurine y Andrea D’Agostino en la delantera, quienes golpearon en los primeros minutos obteniendo oro de su aguerrida presión para dificultar la salida de balón local.

Segundos le bastaron a Fleurine para subir al marcador un 0-1 que sacó los colores de los vinotinto. Y es que la primera posesión local se vino en contra a causa de la mordiente que puso el ‘9’ verde para robar la pelota en las inmediaciones del área y definir sin compasión alguna ante Rafael Marcano.

No se mostró incómodo Catedral sin manejar la posesión, controlada en todo momento por un Zorromonos falto de ideas para sorprender y agitar su ataque. En lugar de ello, fueron los verdes quienes se postularon como un claro peligro de cara a puerta a la mínima ocasión para armar la pierna. Así llegaría el gol que doblaría las distancias, después de un balón largo que buscó a un Andrea D’Agostino que tuvo que pelearse con sus marcadores para ganarles la posición y empalar un latigazo imparable en la escuadra.

Ya desde muy temprano, Zorromonos se vio con la presión de tener que despertar a toda prisa para revertir un choque claramente cuesta arriba. Tomás Ortiz encabezó la organización de los suyos desde la retaguardia, colocándose siempre como un hombre en el que apoyarse para crear juego desde atrás y ordenando modificaciones en el sistema, buscando la tecla que encontrara las debilidades de un entramado defensivo muy bien plantado ante ellos. Las probaturas de los vinotinto gozaron de un éxito inexistente a la par que continuaron sufriendo el empuje visitante en la primera línea de presión. Mucho temple con el balón en los pies demostró Rafael Marcano en varias acciones en las que fue exigido después de dejar la portería al descubierto, aunque incluso se lució con recortes no aptos para cardiacos.

Además de una solidez impoluta, Catedral sacó a relucir una pegada de equipo grande en sus acercamientos contados. De hecho, el equipo llegó a verse por delante 0-3 con el doblete de Andrea D’Agostino, quien casi sin verlo venir llevó el esférico a las redes en un saque de esquina rematado de manera mucho más eficaz que estética.

Corría ya el cronómetro por el segundo tiempo, por lo que las prisas en Zorromonos crecieron de forma exponencial y sus pretensiones, frustradas en varias ocasiones con faltas que anestesiaron la continuidad del juego, dieron origen a algún que otro roce sobre el terreno de juego. Pero, el método infalible para hacer olvidar las penas volvieron a ser los goles. Luis Jiménez permitió soñar al conjunto vinotinto recortando distancias al 1-3 y mostrando cómo los disparos desde larga distancia podían ser la fórmula para resquebrajar la muralla de Catedral. También estuvo a punto de colocar a los suyos a tiro en unos minutos finales de infarto, pero el ‘7’ falló una pena máxima provocada por él mismo en el momento decisivo y las opciones se esfumaron del todo. Este resultado aúpa a los verdes a la zona media de la clasificación en el grupo 2 de la Futbol Emotion F7 League y pone los pies en la tierra de unos Zorromonos en su deseo de codearse con los ‘cocos’ de la zona noble.