F2-J7 Unión de Cansados FC vs Pozoblanco Madrileño

Los visitantes fueron de menos a más desde que el balón se puso en juego y terminaron firmando una remontada espectacular en la recta final del choque, cuando perdían 2-0. Fernando Roa finiquitó una machada de las que se recuerdan mucho tiempo.

Con los ‘play off’ de la Fútbol Emotion MF7 League a la vuelta de la esquina, dos equipos que prometen querían seguir demostrando su buen nivel este jueves. Pozoblanco Madrileño, para mantener su tercera posición en la fase regular de primera División Mirasierra grupo C. Por su parte, Unión de Cansados quería asegurarse la quinta plaza.

En una noche gélida, con una sensación térmica de -1 grados en Montecarmelo, era importante entrar en calor al partido. Y parece que los locales traían la lección aprendida. Fueron ellos los que empezaron dominando el cuero y sometiendo a sus rivales a través de buenas acciones colectivas. A los 5 minutos, Francisco Martín avisó con un disparo potente y raso, pero se topó con una buena intervención de Valerio Jurado para evitar el 1-0. Aunque el cuadro negro dominaba el juego, su rival gozó de una oportunidad clara que comenzó a activar la contienda. El debutante Rodrigo Pizarro se quedaba solo en el mano a mano ante Guillermo Boronat, pero su disparo se fue desviado en el minuto 14. El aviso, sin embargo, tan solo se quedó en eso. A base de insistencia, Unión de Cansados comenzó a amenazar la meta rival y la recompensa llegaría a balón parado en el 16’. Alejandro Gil se sacó de la manga un zapatazo impresionante en un libre directo para enviar el esférico al fondo de la red lamiendo el poste a media altura.

El tanto sentó como un jarro de agua fría a los visitantes, que todavía se apagaban más, dejándole en bandeja a su oponente la oportunidad de hacer sangre. Dicho y hecho. Se acercaba el encuentro al ecuador y tras varias acciones de peligro, llegó el 2-0. Una vez más, obra de un Alejandro Gil que estaba brillando. El delantero avanzó por la banda derecha en solitario, recortó en el pico del área y la envió a guardar con un golpeo largo perfecto. Era el minuto 23 y con este resultado, el duelo llegó al descanso.

Tras lo visto en el primer periodo, cualquiera podría pensar que el inicio de la segunda mitad sería plácido para el conjunto que mandaba en el luminoso. Sin embargo, algo debió funcionar tras la breve charla del combinado azul. Al menos, en cuanto a la actitud, salió otro equipo al verde. Desde el inicio, se empezó a ver un enfrentamiento más igualado. Con todo, Unión de Cansados pudo sentenciar con un disparo a la media vuelta dentro del área de Sergio Velasco, pero Valerio Jurado volvió a estar atento para despejar el cuero en el minuto 30.

Con máxima igualdad y con la sensación que el partido seguía vivo, avanzaban los minutos. Así, se llegó al 38’, donde comenzó la remontada épica. Rodrigo Pizarro, que estaba insistiendo en las jugadas anteriores, encontró el gol entrando con confianza para desviar un envío al área y batir al guardameta. La celebración del tanto con rabia y energía presagiaba lo que se venía. A partir de este momento, Pozuelo Madrileño empezó a creer que podía llevarse la victoria. Con un Unión de Cansados cada vez más atrás, los azules sumaron efectivos al ataque y en el 42’ llegó la oportunidad en forma de penalti. Pablo Torrico fue el encargado de patear, y no le tembló el pulso ni un instante: pelota a un lado, portero al otro. Con calidad, engaño a Boronat para poner las tablas todavía con tiempo por delante.

Con el 2-2 parecía más cerca la remontada, aunque lo cierto es que también sirvió para despertar a un cuadro local que veía cómo se derrumbaba su gran primera mitad. La recta final se convirtió en un correcalles, aunque con más pasión que ideas. Cualquiera podía hacerse con los tres puntos y finalmente la balanza se decantó de una manera cruel. Un error en la salida de balón a falta de 2 minutos para el final fue aprovechado por Fernando Roa, que, tras robar el esférico, se metió en el área y anotó el 2-3 definitivo con el que Pozuelo Madrileño celebró, con motivo, una gesta que sabe a gloria.