J4 – Murelli Cucine FC vs Mascachicles

Los azulones pasaron el rodillo, aunque tuvieron que sudar mucho para adelantarse en el marcador. El físico y el talento se impuso en un duelo marcado por el recital de los hermanos Arratibel, que anotaron sendos dobletes, y el criterio de un Ignacio García que, además de anotar el gol que abría el marcador, ejerció de líder en la medular.

Vamos a tirar de tópico para analizar lo que ocurrió en el Murelli Cucine – Mascachicles disputado este jueves en Montecarmelo: esto no es como empieza, sino como acaba. Lo decimos porque el partido empezó con mucho ritmo y con una doble ocasión clarísima para los locales. Julián Kunimie puso a prueba al guardameta con un disparo desde la esquina del área que sacó el portero y, en el córner posterior, Jorge Gefaell se topó de nuevo con el portero tras su cabezazo.

Mascachicles sufría para contener a Javier Benedí, muy activo en los primeros minutos bajando infinidad de balones, y sobre todo en las transiciones defensivas. Mientras tanto, intentaban apoyarse en Ignacio García para tomar aire y dar claridad a los ataques. De hecho, éste tuvo la mejor ocasión en los primeros minutos con un lanzamiento directo raso con el interior, que buscaba el segundo palo, y se fue por centímetros. Poco después, gozó de otra gran oportunidad cuando le cayó un balón botando en el área pequeña, pero se llenó de balón y le pego con el alma, en vez de colocar.

Seguían picando piedra los visitantes. Hugo Arratibel y Antton Ranedo insistían por el costado derecho con su desborde y su calidad, pero al mismo tiempo pagaban la falta de acierto. De nuevo, Ignacio García tuvo otra gran ocasión con un disparo desde la frontal que sacó abajo el guardameta. A la cuarta fue la vencida para el centrocampista. Curiosamente cuando más hundidos estaban en defensa en una falta lanzada por Murelli en la frontal, los visitantes salieron en tromba tras recuperar para que el ‘8’ recibiera un balón en el balcón del área y pusiera el balón en la escuadra. Premio merecido tras tanta insistencia.

Javier Benedí intentaba responder para los suyos y hacía milagros para sacar ventaja de cada balón que le caía en ataque. El delantero dio un repertorio de movimientos con y sin balón. Los locales se mantenían con vida en el encuentro, pero cada vez estaban más sometidos al dominio de Mascachicles En el minuto 24 llegó el segundo tanto casi de la misma manera que el primero. Cuando los locales disponían de un córner a favor, recibieron el mazazo en una contra en la que definió Hugo Arratibel tras recibir un pase de su hermano Mario.

Murelli Cucine daba la sensación de fatiga en muchos momentos del partido, pero de repente se sacaba alguna ocasión clara, como la que tuvo Javier Iglesias con un remate de interior al segundo palo que sacó el portero. Los locales acumulaban hasta línea de cuatro defensas buscando superioridad a la contra con sus hombres de banda, una medida que a veces salía cara. De hecho, así llegó el tercer tanto de Mascachicles. Mario Arratibel tiró de calidad individual para zafarse de dos rivales y definir con el interior por abajo. Un golazo que dejaba el partido visto para sentencia.

A los visitantes les bastaba muy poco para generar peligro. En tres toques, llegó el cuarto, obra de Hugo Arratibel, que recibió un pase abierto a la banda, recortó para dentro para perfilarse hacia su pierna derecha y definió al palo corto con mucha clase. Llegaban muy frescos los visitantes al tramo final de partido, tocando y moviéndose de lado a lado, cada vez con más presencia en campo rival. Una combinación al más puro estilo fútbol sala dejó a Iago Sánchez solo en el mano a mano para, de esta manera, materializar el quinto tanto de la noche con un disparo abajo con pierna izquierda. Poco después llegaba el sexto, obra del Mario Arratibel, con un disparo cruzado al palo largo. La suerte tampoco estaba de parte de Murelli, ya que en los instantes finales Jorge Gefaell se topó con el larguero cuando tenía todo de cara para anotar el gol de la honra. No pudo ser y los locales se fueron de vacío a casa.