F2-J1 La Armada vs Los Ganchos

Ejercicio de fe y supervivencia el que practicó el combinado local para acabar llevándose la victoria de Alameda de Osuna. Perdía 1-3 en el 26’ ante un rival muy bien ordenado, pero no bajó los brazos y acabó encontrando las grietas. La excesiva dependencia de los visitantes sobre la figura de Israel Enfadaque acabó jugándoles una mala pasada, pues su juego se volvió demasiado previsible. 

Inicio de la semana e inicio de una nueva Fase en la Fútbol Emotion MF7 League Diario. El Colegio Alameda de Osuna iba a asistir al encuentro inaugural del Grupo Hortaleza B de Tercera División entre La Armada y Los Ganchos. Dos equipos que buscan la redención en esta segunda fase del campeonato. También con un precedente entre ambos, pues los primeros salieron derrotados 1-4 el pasado 7 de noviembre.

El inicio de las hostilidades confirmaba que ambos conjuntos tienen mucho más nivel de lo que la clasificación y los números afirman. Las presiones, pegajosas, incomodaban la salida de balón, obligando a menudo a rifarlo. Una de las cuestiones que salían a la palestra es si iban a poder mantener ese ritmo e intensidad a lo largo de todo el partido. Estos iban bajando paulatinamente, aunque mientras tanto eran Los Ganchos quienes estaban sacando mejor tajada. A pesar de ello, se adelantaba La Armada por medio de un gran Carlos Moya. El ‘20’ amagaba hasta en dos ocasiones y la cruzaba con descaro al palo largo.

El verdadero secreto de los visitantes en la segunda parte era el balón parado acompañado por su juego aéreo. A través de estos ingredientes, despertaban el temor en su contrincante, por lo que les impedían ejercer su plan de partido con naturalidad. Solo así se podía explicar el fallo grotesco en la salida de balón que aprovechaba más listo que nadie Israel Enfadaque. El delantero volvía a evidenciar las carencias de la zaga en el 1-2. Balón frontal que nadie acertaba a despejar y Enfadaque atinaba tanto en el control orientado como en la posterior definición.

El resto de la primera parte se desarrollaría ya sin demasiados sobresaltos. Ambos conjuntos querían jugar demasiado rápido dando como resultado la inconexión de los ataques. Asimismo, el despeje a zona de nadie de los azules tras presión iba minando su moral como si de la gota china se tratase.

La Armada, eso sí, arrancaba la segunda parte con renovadas esperanzas y encontrando mayores soluciones en zona de tres cuartos. El 1-3 de Carlos Vega en el 26’, después de una buena cabalgada por el sector diestro, suponía el definitivo punto de inflexión. “Vamos a ganar esto”, profería Pallarés, desde la portería, tras recortar distancias. Lo que el fútbol te da, te lo quita, y es que Enfadaque se colaba en propia puerta un intento de despeje con la testa.

Los Ganchos sentían en claro peligro el botín obtenido y replegaban en bloque bajo a fin de no complicarse la vida. Buscarían explotar entonces el recurso de la segunda jugada a partir de la recepción de Enfadaque, pero los locales ya no les dejarían. Su presión tras pérdida, excelente, era el primer paso para conseguir la remontada. El segundo cimiento llegaría en una falta lateral, obra de Ignacio Montero. Cuando todos pensaban ya que encañonaría Moya, éste habilitaba al crack de ayer, que respondía con un obús desde la frontal.

La tendencia dominadora de La Armada, lejos de disminuir, iba creciendo con el paso de los minutos. Su rival apenas se asomaba y las combinaciones eran cada vez más fructíferas del lado local. El muro de Los Ganchos se derrumbaba a falta de cuatro minutos para el pitido final. Montero tiraba un centro chut desde la izquierda que nadie acertaba a despejar. La remontada era real. Su rival se iba a volcar, pero ya sin orden ni concierto algo que aprovecharía Javier de Andrés para cerrar el partido a la contra en el 48’.