UNION DE CANSADOS FC vs MASCACHICLES

Los siete valientes que defendieron la camiseta de Mascachicles este jueves pusieron contra las cuerdas a un Unión de Cansados que hubiese hincado la rodilla de no ser por el ‘hat-trick’ salvador de Sergio Velasco. El 4-4, concretado a 2 minutos del final, pudo incluso vivir un último giro de guion, fruto de dos clarísimas ocasiones en área pequeña que no llegaron a materializarse en ninguna de las porterías.

La batalla que presentó Mascachicles en Montecarmelo pareció impropia de un equipo que compareció sin reservas, pero con los mimbres suficientes como para remontar a un Unión de Cansados que incluso tuvo que dar por bueno el punto cosechado al final. Pagó muy caro el cuadro negrota sus desconexiones tras marcar, y es que, aunque golpeó primero en el tanteador, su tiempo con ventaja apenas alcanzó el minuto. Creyeron los blancos que podían dar la campanada cuando se vieron con un colchón de dos dianas llegados al último cuarto de hora de juego, pero el último arreón de Sergio Velasco salvó, al menos, un empate.

Toda la carne en el asador dispusieron dos conjuntos deseosos de encaramarse a la zona alta del grupo B diario de la Fútbol Emotion MF7 League. Por ello, no fue de extrañar que el marcador tardase apenas 3 minutos en inaugurarse después de un saque de esquina cabeceado de forma imponente por Sergio Velasco. No obstante, prácticamente seguían las celebraciones en Unión de Cansados cuando Santiago Martínez igualó a 1-1 en la siguiente jugada. Que los siete presentes en Mascachicles iban a vender cara su derrota quedó entonces de manifiesto. De hecho, los visitantes no buscaron excusas en su delicada situación y antes de cumplirse los primeros 6 minutos del partido ya habían conseguido voltearlo por completo. Santiago Martínez repitió como goleador en una jugada ‘maradoniana’ en la que se zafó de todo aquel que salió a su paso antes de cruzar el 1-2.

El transcurrir de los compases iniciales hacía prever un conteo goleador de récord. Rápido respondía Sergio Velasco igualando de nuevo la contienda que premió su brega en campo rival, pero más rápida sería la reacción de un Mascachicles que recuperaba su ventaja también a la jugada siguiente. Manuel Coso no pudo hacer nada para detener el ajustado golpeo de interior de Álvaro Gómez.

Cinco dianas se habían presenciado en 11 minutos iniciales de locura absoluta, aunque a partir de entonces el tanteador pudo tomarse un respiro. No hubo más goles en el primer acto, a pesar de que el encuentro estaba inmerso en un bonito ida y vuelta. La amenaza de Javier Sacristán por la izquierda o los intentos de Ignacio García desde su propia portería a punto estuvieron de servir una ventaja mayor para los visitantes. También rozó el empate Unión de Cansados en un remate al larguero de Alejandro de la Fuente o en un protestado ‘gol fantasma’ que no llegó a apreciar el colegiado, pero no hubo quien capaz de marcar hasta la reanudación.

Fue Javier Sacristán quien, en el 35’, culminó el 2-4 de Mascachicles en un fugaz contragolpe que puso el panorama muy cuesta arriba para su rival. No obstante, no fue posible dar por sentenciado el encuentro. La fatiga iba a ser un factor diferencial en los compases decisivos y la carga de más en las piernas visitantes se iba a lamentar.

Sin perder la fe, Unión de Cansados consiguió una vida extra gracias a su elevada presión hacia la salida de balón de Mascachicles. Un robo en zona comprometida permitió a Alejandro de la Fuente enfilar mano a mano al arquero visitante, a quien superó sin problemas para avivar las opciones negrotas. Ahora que se veía a tiro de puntuar, el cuadro local no cesaría en su empeño y obtendría el premio del 4-4 en un potentísimo zapatazo de Sergio Velasco, héroe de los suyos este jueves con sus tres tantos. Tras ello, el último minuto se vivió en una montaña rusa emocional, marrando primero Javier Sacristán una oportunidad clarísima para el triunfo visitante y, seguidamente, perdonando Alejandro de la Fuente la que hubiese sido la remontada local total. Sin tino en el momento clave, el reparto de puntos se antojó como la única solución posible.