J4 – Unión de Cansados FC vs Pozoblanco Madrileño

Partidazo con ritmo, ocasiones e intensidad el que nos regalaron ambos equipos en Montecarmelo. Unión de Cansados fue por delante hasta en dos ocasiones, pero no supo matar el encuentro y terminó cayendo ante un combativo Pozoblanco Madrileño.

Parecía que el frío amenazaba amargar la noche en Montecarmelo, pero solo lo parecía, porque en cuanto el árbitro dio orden de empezar el choque, la temperatura subió y nadie más volvió a acordarse del gélido clima. Esto es lo que ocurre cuando dos equipos están dispuestos a mostrar un fútbol vertiginoso, sin dar lugar a treguas o descansos y en el que ambos salen descaradamente a por la victoria. Cierto es que los locales salieron mejor plantados al terreno de juego y que los primeros acercamientos con algo de peligro llevaban su sello. Tan cierto como que conforme avanzaban los minutos, el conjunto rojillo iba haciéndose, poco a poco, más dominador del esférico, algo que benefició mucho a sus hombres de más calidad. Además, en zona defensiva lo tenían claro ante una posible pérdida, cortar con falta el contragolpe y colocarse para recuperar rápido.

Este tipo de estrategia suele funcionar siempre y cuando, en frente, no hay un especialista en ese magnífico arte del tiro libre, que fue, justamente, el problema que tuvo Pozoblanco Madrileño en un intento de contraataque local, un jugador visitante cometió una falta más o menos en el centro del campo e Ignacio García fue quien cogió el balón, tomó carrera y la mandó al jaulón, sin preguntar, para después esbozar una sonrisa de oreja a oreja como quien recibe un aumento de sueldo. El gol cambió el planteamiento de Unión de Cansados, que se replegó y empezó a preocuparse de defender, olvidando que el resultado aún era corto y los minutos restantes un mundo. Pozoblanco detectó el miedo a perder de su rival, y comenzó a atacar con mucha gente. Y tras varios intentos que se perdieron por poco, Andrés Plazuelo arrancó la moto por el carril del siete, se fue de su par, dio el balón a la frontal y Antonio Quirós empató con un toque sutil, justo antes del descanso. Gol psicológico de esos que merman a tu adversario, o no…

Digo que no porque cuando el primer envite tenía tintes de final, Ignacio García resurgió de nuevo, como el Ave Fénix, para mandar a los suyos por delante al entretiempo y dejar a los visitantes con un bonito quebradero de cabeza. El paso por vestuarios no le sentó nada bien a Unión de Cansados, que salió con el mismo plan de defender, pero esta vez sin el orden ni el acierto del primer acto, y en un juego peligroso al borde de la grande, Vicenç Lahoz fue el hombre encargado de disparar tras el toque de tacón de un compañero para volver a firmar las tablas en el electrónico. El tema se ponía interesante y teníamos por delante, prácticamente, veinte minutos.

Y ahora sí, rock&roll. A las armas, que dirían nuestros vecinos portugueses. Porque el partido se convirtió en un precioso ida y vuelta donde los negros llegaban más y los rojos mejor, que al fin y al cabo es lo importante. El aproximarse mejor a la meta rival te acerca un poquito más al gol, por lo que éste “solo” tardó en llegar diez minutos desde el tanto del empate. Una jugada elaborada terminó por enredarse en el área local, y solo un jugador pillo podía aprovechar el balón rechazado que se quedó muerto en la frontal. Ahí apareció Juan Manuel de Torres para disparar y colar el tercero. Remontada al canto y a defender como jabatos para tratar de amarrar eso que tanto había costado.

Y esa fue la tónica final, Pozoblanco Madrileño en su área achicando balones, y Unión de Cansados tratando de poner las tablas. Al final, los tres puntos fueron directos al casillero de los rojillos, y todos los seguidores de la Futbol Emotion F7 League sabemos que aquí hay dos equipos muy válidos para optar a cualquier cosa.