J10 – Real Roletas vs Galicia F7

Los visitantes vencieron por 2 goles a 3 en un partido que comenzaron perdiendo en la primera parte. El gol del triunfo lo anotarían en el último suspiro tras unos minutos de infarto en los que no dejaron de buscar la portería rival.

El duelo entre Real Roletas y Galicia F7 fue uno de esos encuentros que transmiten la sensación continúa de que a pesar del marcador nada está dicho hasta el pitido final. Uno de esos partidos en los que sabes que cualquiera puede darle la vuelta al resultado en un momento dado, obligando al contrincante a no bajar la guardia y al espectador a no perder detalle de lo que ocurre en el campo. Desde el inicio el enfrentamiento ya avisó de todo esto. A pesar de la fría noche de Madrid, los dos equipos entraron de lleno en el partido con intención de hacer daño al rival y de imponer su juego.

Este ímpetu acabó provocando un gol en los primeros 10 minutos de juego. El tanto fue para Real Roletas y lo marcó Luis Enrique Arjona. El 14 de los locales supo moverse para recibir entre líneas, recortar a un rival y sacarse de la manga un gran tiro cruzado desde fuera del área. El 1-0 solo afectó al marcador, porque el juego de los dos conjuntos seguía siendo el mismo. Nadie dominaba la posesión y la sensación de peligro era constante, aunque nadie encontraba una posición de tiro clara. Entre toda esta igualdad la mejor ocasión vino en una jugada que ni siquiera culminó con un remate. Real Roletas pudo ampliar su ventaja, pero Óscar Rodríguez no llegó a cabecear un gran balón a la espalda de la defensa que la dejó solo ante el portero. El final de la primera parte llegó con los locales por delante y con la emoción por todo lo alto.

Al comenzar el segundo tiempo sólo hubo que esperar 4 minutos para comprobar lo que se podía apreciar viendo el partido: que esto no estaba acabado ni mucho menos. Galicia F7 empató por medio de Miguel Mejuto en una jugada en la que la suerte estuvo de su lado. El remate del 17 rebotó en un defensa, creando una vaselina perfecta a la que no pudo llegar ni el portero ni ningún defensa. El 1-1 no duró demasiado en el marcador, apenas cinco minutos después, en el 34, Real Roletas volvió a adelantarse, esta vez de penalti. Daniel Relaño transformó la pena máxima engañando al portero. El gol podría haber afectado psicológicamente a Galicia F7, que tras haber logrado empatar se volvía a ver por detrás en el marcador. Sin embargo, los visitantes no bajaron los brazos y desde ese momento hasta el final del partido solo fueron a mejor.

Los locales comenzaron a enfocar su fútbol en defender el resultado sabiendo que iba a ser muy complicado volver a hacerle un gol a sus rivales. Esta situación la aprovecharon los blancos para, ahora sí, hacerse dueños del balón y empezar a meter atrás a sus adversarios. Aun así, Galicia F7 seguía sin encontrar situaciones de tiro dentro del área, por lo que abusaban de la larga distancia. La ansiedad por el resultado y el paso de los minutos comenzaba a hacer mella en los visitantes, que si querían calmar esos nervios necesitaban al menos una ocasión clara que les devolviese la confianza en sí mismos. Y esa oportunidad llegó en el minuto 44, y no solo como un tiro más, sino como un gol. Samuel Pérez empató el partido desde fuera del área con un disparo raso que entró pegado al poste.

Galicia F7 había pasado de estar a 6 minutos de perder el partido a tener exactamente el mismo tiempo para ganarlo. Los visitantes venían con la inercia del gol y Real Roletas acababa de ver pasar su mejor opción para ganar el partido, por lo que un empate ya no parecía mal resultado para ellos. Sin embargo, la sensación de no perder calmó a los blancos, que gracias a ese temple encontraron el camino hacia la victoria. En el minuto 49 Adrián Gómez recibió en balón en la esquina izquierda del área y comenzó una diagonal hacía dentro que acabó con un chut. Aunque le dio a la pelota con la diestra, el golpeo fue con el alma y el portero no pudo hacer nada a pesar de su estirada. El 2-3 llegó sin tiempo para más y el final del partido confirmó dos cosas: que el encuentro había cumplido con todas las expectativas y que la confianza y la tranquilidad en situaciones extremas son las mejores aliadas.