F2-J5 Pozoblanco Madrileño vs FC Leos

El choque entre los dos conjuntos terminó con un 5-5 que no satisfizo a nadie. Ambos equipos supieron aprovechar sus armas para hacer el máximo daño posible al rival. Los visitantes, que llegaron a ir 1-3 en la primera parte, se encomendaron a un Carmelo Basconcillos antológico que lideró a los suyos con un póker de goles.

Es difícil sobreponerse a una desventaja de dos goles, pero aun es más complicado hacer frente a un equipo que cuenta entre sus filas con un jugador capaz de marcar 4 goles en el mismo encuentro. Contado así parece que FC Leos tiró al traste un partido que tenía ganado ante Pozoblanco Madrileño, pero es que si les preguntas a ellos te dirán, con toda la razón del mundo, que también tiene su complejidad el imponerse a un conjunto que te hace gol en la primera jugada del partido o que no baja los brazos sea cual sea el marcador. El resultado de todo esto es un empate técnico que por muy justo que sea no dejó contento a nadie.

Desde el pitido inicial quedó claro que el encuentro no iba a estar terminado hasta el minuto 50 independientemente del resultado. Daba igual quien golpease primero o con cuanta fuerza lo hiciese. Porque, aunque Pozoblanco Madrileño abrió el marcador en el minuto 1 con un tiro lejano de Miguel Chaves que encontró la cooperación del meta rival, FC Leos fue capaz de dar la vuelta completa al marcador con un hat-trick de Carmelo Basconcillos en tan sólo 9 minutos. La estrella de los visitantes hizo el primero a los tres minutos de recibir el 1-0 anticipándose al portero rival en un pase en profundidad. Para anotar el segundo se jugó su integridad física rematando de cabeza un balón en el que chocó con el portero de Pozoblanco. Por último, el tercero lo hizo con un disparo raso desde muy lejos, cerrando así un triplete precioso con toda cantidad de recursos.

El peligro de una posible goleada acechaba, pero los locales supieron resistir el envite e incluso llegaron a ver cómo se libraban del cuarto en contra por un gol invalidado. Manuel Chaves, que fue el mejor de los suyos, apareció cuando más le necesitaba su equipo para recortar distancias en el minuto 17 con un disparo raso desde la frontal del área. El encargado de hacer el 3-3 tan solo un minuto después fue Pablo Torrico. El ‘7’ igualó el partido en una internada hasta el corazón del área.

El empate reinaba otra vez y FC Leos tenía que volver a empezar de cero. Y qué manera de volver a empezar, porque imitaron la hazaña de sus rivales al inicio del encuentro. Tan solo un minuto después de este nuevo comienzo de partido Carmelo Basconcillos anotó su cuarto gol. Pocos recursos le quedaban ya al 14 para seguir innovando, pero el crack del partido siempre tiene un as bajo la manga y esta vez sorprendió con un gol de tacón a la salida de un córner. Con este resultado de 3-4, y sin más ocasiones de por medio, se llegó al descanso.

La reanudación llegó con un vendaval llamado FC Leos. Los visitantes salieron con todo para intentar rematar el encuentro antes de que sus rivales se volviesen a recomponer. Con esta actitud lograron el 3-5 obra de Jairo Hermosilla. El ‘10’ visitante estuvo muy listo para ver cómo el portero rival daba un pasito a la derecha desprotegiendo su palo y muy preciso para poner el balón justo pegado al poste. Esta vez la respuesta de Pozoblanco Madrileño no estaba llegando. Sus tiros no terminaban de ser claros y no ponían en excesivos aprietos al meta rival. Sin embargo, los locales no perdieron la fe y supieron aprovechar un saque de banda cerca del área rival para recortar diferencias por medio del remate de Miguel Chaves.

Pozoblanco estaba solo a un gol de diferencia con 13 minutos por delante. FC Leos no llegaba a la portería rival y los celestes iban con todo a por el empate. Finalmente, en el minuto 43, Pablo Torrico se subió en la moto y cruzó todo el campo para ponerle gol en bandeja de plata a Fernando Roa¸ que solo tuvo que empujarla para anotar el 5-5. El empate se selló con el pitido final sin más ocasiones claras de por medio. El miedo impidió a ambos equipos hacer lo que el cuerpo le pedía, que era ir a por más. Ninguno de los dos conjuntos acabó satisfecho con el empate, pero como se suele decir: más vale pájaro en mano que ciento volando.