J8 – Mascachicles vs Equivalia FC

Los visitantes lograron el empate a uno en el minuto 49 de partido. Los locales aún tuvieron la victoria en el saque de centro, que golpearon directo, pero Alex Marín no se dejó sorprender y echó el candado a la portería con un paradón de altura.

Los partidos no necesitan de goles para ser de nivel. A todos nos gusta que se anote muchas veces y que haya constantes alternancias en el marcador. Sin embargo, un empate a uno puede estar lleno de intensidad, de ocasiones, de nervios y de emoción. Un buen ejemplo de ello es el encuentro que enfrentó a Mascachicles y Equivalia. Ambos conjuntos comenzaron el partido con una idea muy clara: hay que correr y pelear todos los balones. Y así lo hicieron durante los 50 minutos. Los locales entraron mejor en el partido, con transiciones rápidas y siendo muy verticales. Ya en estos primeros minutos le dieron trabajo a Alex Marín, el portero de Equivalia. Su conjunto estaba sufriendo y el lo sujetó con paradas desde todas las distancias, sin dejar un rebote peligroso.

El arquero detuvo y detuvo mientras Mascachicles imponía su ritmo. La primera parte de los locales fue un recital. Tocaban y movían el balón, siempre con muy mala intención, y si lo perdían tardaban muy poco en recuperarlo. El equipo estaba cómodo en el campo y se sentía seguro, todas las ocasiones llegaban por su parte y su rival ni siquiera estaba mirando hacia su portería. De hecho, la primera oportunidad que tuvo Equivalia fue en un tiro libre que Jesús Calle golpeó. El disparo se fue por el lateral de la portería en la única opción que tuvieron los visitantes de anotar en la primera parte.

El segundo tiempo arrancó con el resultado inicial en el marcador, pero con Mascachicles mereciéndo más. Sin embargo, en el fútbol no gana el que más se lo merece, sino el que mete más goles. Así que los locales no lo quisieron prolongar más e inauguraron el luminoso en el minuto 29. Esteve Lluis Catalá chutó desde larga distancia, y el balón encontró el pie de Jorge Pereira, que desvió lo justo para cambiar la dirección y hacer inútil la reacción del guardameta. El champán se había destapado y parecía que ahora sí podían llegar más goles, pero no fue así. Los locales siguieron atacando, con más mesura eso sí, pero no conseguían volver a perforar la portería de Equivalia. Mascachicles las tuvo de todos los colores, incluso se encontró hasta con el palo en un tiro libre golpeado desde el lateral del área. El segundo gol ni llegaba ni llegaría.

El que sí que iba a entrar en escena era Borja Martín. El 21 de Equivalia, que se hartó a correr todo el partido, aprovechó la que tenía que aprovechar y empató el partido en el minuto 49. El jugador de los visitantes demostró lo importante que es la perseverancia y la paciencia, no se desesperó y acabó encontrando su gol después de currar durante todo el encuentro. Sin embargo, aún le quedaba un susto por vivir en el cuerpo.

Con el tiempo prácticamente cumplido, Mascachicles se jugó el disparo a puerta en el saque de centro tras el gol de Borja como un jugador de baloncesto que tira un triple sobre la bocina para ganar el partido. La mala noticia para los locales es que en el fútbol hay una portería y no una canasta, lo que conlleva que hay un portero, y el de Equivalia es muy bueno. Alex Marín voló para detener el gran chut de los locales, poniendo el cerrojo en su portería y sellando el empate para los suyos.

Sin tiempo para más el partido terminó con el empate a uno. Seguramente a Mascachicles le supo peor que a sus rivales al sentir que merecieron más, sin embargo, en el fútbol no se gana con merecimiento, se gana con goles, y en eso ambos equipos estuvieron igualados.