J2 – Los Jueves Locos vs Los Cosacos

Ganaron los visitantes en un partido que tuvo de todo. Polémica, dureza, remontada, goles y buen juego fueron los ingredientes del partidazo que nos regalaron ambos equipos sobre el verde de Trivema.

El reloj marcaba las 21:15 cuando uno de los partidos de la semana comenzaba. A un lado un ejército amarillo dispuesto a volar, sin importar quien estuviera en frente. Al otro, un conjunto vestido de rosa que iba a ser de todo menos anticompetitivos. Y claro, ante dos realidades así, arrancó un encuentro lleno de emociones.

Emociones que nos acompañaron desde el pitido inicial, pues los locales aprovecharon el saque de centro para probar fortuna desde el medio campo, y a punto estuvieron de sorprender a Ruslan Bashnyak, que tuvo que hacer gala de su repertorio bajo los palos. Tras el susto inicial, y un par de acercamientos más, Los Cosacos se hicieron con la bola, e iniciaron una multitud de ataques, desde el juego posicional, a una velocidad endiablada. De hecho, a ratos parecía que jugaban a fútbol sala, con la dificultad y desgaste físico que ello conlleva.

El crono corría, y fueron diez los minutos que tardaron en abrir la lata los visitantes. Volodymyr Vylotnyk recibió dentro del área tras una jugada colectiva tremenda, controló, cargó la pierna y, cuando parecía que iba a reventarla, le puso pausa a la jugada para recortar y ya sí, disparar a placer para adelantar a los suyos. El gol envalentonó aún más a los amarillos, que empezaron a llegar con peligro en cada posesión. Los Jueves Locos achicaba agua como podía, sacaban balones en la línea, veían como los palos eran sus mejores aliados o recurrían a su portero para que obrara algún que otro milagro.

Milagro que no pudo realizar cuando Oleksandr Tkachuk anotaría un claro penalti que el árbitro señalaría después de que un jugador local tocara el esférico con la mano. Así llegó el descanso, con el equipo local llegando poco y siempre desde lejos, y el visitante rozando la perfección.

En la segunda el guion cambió. Los Cosacos dejaron de sentirse cómodos, y Los Jueves Locos se fueron a pecho descubierto a por la remontada. Y encontrarían premio muy pronto, puesto que Samuel Montes recibió el balón dentro del área, listo para el uno contra uno, y con calma la mandó para dentro. Se lo creían los rosas. O quizá solo fue un espejismo, ya que en la jugada siguiente, Bohdan Humennyi empujó el balón a la red libre de marca en el área pequeña.

Rendirse no era una opción, y los locales volvieron a la carga. Golpearon dos veces para dejar tiritando a los amarillos. Primero Jesús Sierra tirando de su mejor habilidad, el golpeo de balón. No se lo pensó dos veces cuando vio que había hueco, dicho y hecho, desde casi el centro del campo. Y después, Alejandro Blanco le robaría la cartera a la defensa para rematar desde dentro del área y poner el empate. Remontada al canto y recta final avistándose de fondo.

La esperanza les duró a los locales lo que el crack del partido quiso, porque Oleksandr Tkachuk finiquitó la porfía cuando él decidió. Marcó un doblete en los minutos finales que valen su peso en oro, como el gol que desempató la contienda. Recibió en la línea de fondo, amagó con centrar, el defensa compró el amago y se dio el toquecito justo para poder disparar al palo largo. Una preciosidad. Y cuando el encuentro ya agonizaba, lo cerró rematando a placer un gran centro desde la derecha. Al final el árbitro pitó y ambos equipos pudieron descansar sabiendo que habían echado el resto en la batalla de Trivema.